Aparecí de repente aceptando una invitación a pasear rumbo a un pueblo,yo no quería ir, sabía que iba su novia y parecía que era un viaje familiar, veía y escuchaba a su hermano decirme, vamos andale, y a su hermanita emocionada por que fuera.
Accedí, pero con la condición de que si ella se animaba a ir, mejor yo me quedaba para no incomodarnos.
Me subí al su carro, yo lo veía: no feliz, no amargado, no incomodo, no en paz, simplemente así; con algo.
Empecé a limpiar todo lo que había en el carro que era mío, una bufanda amarilla, le di más espacio pensando en que si venía ella igual quería poner sus cosas.
Ibamos por el Blvd. Encinas, cuando vi un humadero le dije: algo se está incendiando! no pasa nada contestó y yo si! mira cuando se queman cosas empiezan a explotar, volteamos a nuestra derecha y la pared se ponía transparente del ardor, el dió vuelta a la izquierda adentrandose al centro de la ciudad.
Yo iba tranquila deseando por dentro que ella no fuera, que se sintiera mal. Quería estar en ese viaje, convivir con ellos.
Pasamos un puente muy obscuro que apenas con la luz del carro se iluminaba, yo le veía la cara y ahora parecía molesto conmigo, yo solo me sentía nerviosa.
Yo seguía acomodando monedas, dinero; hice mi asiento para enfrente para que su hermano se sintiera cómodo.
En eso nos paramos se estacionó yo asumí que ahí me quedaría,era un lugar donde iba a empezar la meditación luego nos darían yoga.
Yo me adentré al lugar que tenía su puerta trasera abierta.
Vi como el se subía al carro y me daba a entender que iba por ella, seguí caminando hacia el patio cuando una mujer camina por mi lado izquierdo se voltea y sonríe conmigo, yo tuve la sensación de que era ella, pero no.
Salí al patio y era magnifico, un cesped enorme bien cuidado verdisimo,con un horizonte y el sol despidiendose, un cielo con estrellas que hacían formas, había una lluvia de estrellas formandose, bailando y brillando para mi.
Extendí mis brazos y salió la maestra, me dijo para recibir debes abrir desde dentro no "apuntarle" exigiendo.
Yo hice caso del consejo y seguí abrazando el cielo, sus esrellas brillantes, su danza inalcanzable.
Cuando de repente me volteo con una sonrisa en mi rostro, tomo tierra y le digo a la maestra, ya entendí! la tierra son nuestros apegos, debemos quitar la hierba mala... del cielo viene la lluvia como mis lagrimas y cada estrella puesta en el cielo, es una historia vivida.
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