A mi realmente me incomodaba su prescencia no quiero blasfemar, pero si, en efecto muy "tentón" que el abrazo eterno, que la palmadita extendida en la espalda, que el beso que dejaba más baba y así cosillas incomodas que hicieron que yo no estuviera cómoda con la iglesia o lo que eso representaba o los que la representaban.
Hoy, después de muchos años fui a una iglesia a observar.
No recé un rosario, no me arodillé, no fui a misa, no iba por nada en especial. Me dediqué a observar.
Me encontré el dolor, me encontré con la esperanza, con la fe, con la tranquilidad, con los elementos: tierra, fuego, aire y agua, con un ser supremo, con el amor incondicional, con la humildad, con años y años de buena vibra depositada en ese espacio, con milagros, con paciencia, con reberencias, con respeto.
Yo recorrí todas las esquinas, tocaba, observaba, me deleitaba de los mensajes que ahí se encuentran y que todos hemos pasado desapercibidos.
Con esto no quiero decir que iré a misa todos los domingos, ni empezaré a predicar, pero si quiero decir que me he dado la oportunidad de ver otras cosas de las cuales yo no deseaba o me era muy duro permitirme sentir.
Llamese como le querramos decir, existe algo que nos mueve y nos mantiene conectados con otros seres o amigos o familia o animales (sin afán de ofender :D jajaja)
Eso nos abre el corazón.
2 comentarios:
todas esas texturas, colores y luces que hay en las iglesias
efectivamente, nos hacen sentir mas cerquita de todo.
a mi me gustan cuando son pacíficas,
me asustan cuando tienen imágenes de santos con caras largas.
La historia y el arte me hicieron ver los templos de otra manera, no hay historiador que no crea en Dios
y artista que no juegue a ser Dios o maestro.
Además tengo debilidad por las BODAS!!!!!!!!!!!!! me derriten como azúcar en chocolate.
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