Todos los días camino a la parada del camión, ahí empieza mi viaje.
Estudiar el camión que me llevará a mi destino, es fundamental.
Debe verse agresivo, totalmente decidido y no condescendiente de las personas que no están en la parada de camión.
De preferencia, tomo el camión que cobra 2 pesos y sólo hace paradas en las paradas, eso ahorra mucho tiempo.
Si no, se toma el de 3.50, que hace "base" en metro chilpancingo, que NO debe hacerla y menos al rededor de 10 minutos, tiempo vital en esta ciudad.
Ya tomado el camión, comienzan las aventuras.
Gente empujando.
Mujeres decorándose la cara.
Hombres con sus audífonos.
Muchos dormidos o cabeceando (lo cual es divertido).
Por ahí, gente leyendo.
No falta la señora que te quita de donde agarrarte.
Abundan los hombres que no dan el asiento a viejos, señoras o mujeres.
Al fin encuentras un espacio donde depositar tu trasero durante el largo viaje.
Ves el reloj, 8:25 am, tiempo estimado 40 min, si nos va bien.
Después de ver desfilar a todo tipo de gente, y empiezas:
¿por que no avanza?
¿habrá avanzado?
¿por que tan largo el camino al trabajo?
¡que no le hagan la parada!
Cuentas a la gente que va subiendo y sacas cuentas de lo que gana.
Para acortar el tiempo, me llevo un libro o algo que ir viendo, pero por lo general soy de ese tipo de personas que se marea fácilmente.
El viaje es largo para mi, es cansado y sin nadie con quien platicar.
En verdad, en todo ese trayecto cuento los minutos, voy viendo los edificios y voy diciendo:
Metro chilpancingo 10 min de camino
Parque hundido 20 min
Cine manacar 30 min
Teatro insurgentes 40 min
Llegamos!
Realmente cada vez que bajo del camión me digo, en este tiempo ya hubiera llegado a Kino Bay.
sábado, octubre 09, 2004
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
y ya hubieras vuelto.
Abrazos.
Publicar un comentario